Yo, últimamente, entre un viaje y otro me ha dado por espabilarme, abrir los ojos y, sobretodo, aprender que no se pueden tener a las personas en unos pedestales tan altos porque, en cuanto menos te lo esperas, se caen.
Pero lo que pasa es que no duele el golpe, sino la persona que te lo da.
En fin... la vida sigue, y aunque esté acostumbrada a caerme, me seguiré levantando.
:)
Y aquí estaremos nosotros para ayudarte siempre que lo necesites.
ResponderEliminarPor lo menos sé que cuento con vosotros, sí.
ResponderEliminarGracias :)